Por: Silvia J. Birnenbaum.
En el mundo actual, se instala cada vez con mayor fuerza el uso de algoritmos que resuelven o predicen problemáticas de la comunidad. Estos funcionan en el entorno digital y hacen uso de información de las personas, quienes con sus datos nutren las bases que a su vez son el insumo de los análisis de los grandes conjuntos de datos. Sin embargo, es necesario reconsiderar si la información que se recolecta es adecuadamente recogida y protegida, y adquieren importancia los aspectos como la privacidad digital o la seguridad de los datos.
Los algoritmos son herramientas que mejoran y dan apoyo a los servicios de atención, son claves para entender cómo funciona el mundo digital y virtual en el que cada vez estamos más inmersos. Entre otras cosas, ayudan a resolver dudas y problemas. Al mismo tiempo, son utilizados para explotar datos, para obtener información de la vida digital. Sin embargo, son elementos neutros desde el punto de vista de la ética. Son los usuarios quienes deben someterse a la valoración ética en el uso de los mismos. La aplicación de principios éticos al desarrollo tecnológico en materia de datos, exige priorizar la vida de las personas y la toma de decisiones libres y responsables, sobre todos los demás valores.
La ética de los algoritmos invita a la reflexión sobre cómo mejorar los algoritmos para que sean más eficaces, pero también más justos, y al mismo tiempo, no cruzar ciertas líneas que puedan generar sesgos de distintos tipos, como los sociales, culturales o cognitivos. Se trata de un proceso que requiere de consensos, pero, aun así, es imprescindible.
La transparencia, resulta el valor ético cada vez más demandado en el mundo digital y digitalizado del modelado de enfermedades. Se la exige cada vez más, ya que es garante de confianza, promoviendo el acceso a información veraz y actualizada. Esta se manifiesta estrechamente vinculada con el Big Data, los algoritmos y la inteligencia artificial. La transparencia digital se manifiesta como un elemento clave para avanzar con ética en la digitalización de las sociedades. Cuanta más confianza genere al respecto y más conocimiento se tenga acerca de cómo se recogen, almacenan y se utilizan los datos, mayor será la aceptación de su uso, la confianza y empatía. Actuar con ética y transparencia en el uso de los datos y la programación de los algoritmos tiene grandes beneficios para la reputación de los equipos de trabajo y para la aceptación de sus modelados ya que una comunicación honesta, accesible y transparente es el mejor camino para generar confianza.
